LIMITA MÁS UN PREJUICIO QUE UN CROMOSOMA


¡Buenas tardes! ¿Cómo están? El vídeo que tengo esta semana me gusta especialmente ya que es un tema que tengo muy cercano a mí. 
Debido a la celebración el pasado 21 de marzo del día mundial del Síndrome de Down, he elegido un emotivo vídeo en el que cuarenta niños con Síndrome de Down con sus respectivas madres se graban en sus coches cantando la canción de Christina Perri titulada "a thousand years".
El Síndrome de Down es una alteración genética que se produce en el organismo de las personas por la presencia de un cromosoma extra o una parte de él (exactamente el cromosoma tipo 21); por ello también es conocido con el nombre de Trisomía 21. Esta alteración congénita se produce de forma espontánea, sin que exista una causa aparente sobre la que se pueda actuar para impedirlo. Se produce en todas las etnias, en todos los países y, únicamente, se ha demostrado un factor de riesgo, la edad materna y, de manera muy excepcional, un 1 por ciento de los casos se produce por herencia de los progenitores. Es un hecho que la Trisomía 21 no es una enfermedad.
El motivo que me lleva a hablaros sobre esta temática, es debido a mi descontento con los prejuicios y estereotipos que aún sigue teniendo la sociedad con las personas que tienen Síndrome de Down. Estas personas se encuentran limitaciones y desventajas en cualquier ámbito social. Por ejemplo, a la hora de ir a buscar un empleo, está demostrado que no son vistos como una persona que no tenga este síndrome, aunque hayan cursado lo mismo. Es algo que debe cambiar ya que es un hecho que estas personas pueden llegar a tener un coeficiente intelectual mayor del de muchas personas. Tenemos el caso de Pablo Pineda, un joven malagueño de 44 años que tiene esta alteración. Es diplomado en magisterio y le faltan muy pocas asignaturas para ser licenciado en psicopedagogía. Ha protagonizado la película "Yo, también", en la que encarna la vida de un chico licenciado universitario con síndrome de Down. Este es uno de los motivos que nos demuestran que tener síndrome de Down no significa que unos tengamos más derechos y ventajas que otros. Ellos son personas, como tú o como yo, que tratan de vivir su vida de la mejor manera posible, intentando dejar atrás que no se les trate como tal en muchas ocasiones. 
También conozco el caso de Noelia Garella, la primera chica que logró ser maestra con trisomía 21. Los primeros meses los padres de sus alumnos no encajaron de muy buenas maneras que una chica "así" pudiera impartir clases a sus hijos y no entendían que es una persona que tiene la misma capacidad de enseñar y educar a niños que cualquier otra mujer u hombre que haya logrado graduarse en magisterio. Se fue demostrando poco a poco que esta chica sí que tenía las cualidades necesarias para la enseñanza y, es más, se caracterizaba por su profunda paciencia y por la manera tan especial que tenía de tratar, escuchar y comprender a todos sus alumnos, lo que hizo que se ganara el cariño de ellos. 
Me gusta mucho este tema, de hecho el año pasado tenía que elaborar un Proyecto de Investigación sobre alguna temática de interés y mi tema elegido fue este. Podría seguir enumerando más casos que conozco acerca de esto, pero me parece que con los dos que ya he citado es suficiente para que todos nos hagamos una idea de la sociedad tan injusta e, incluso mala, en la que vivimos. 
Si no se vencen los estereotipos, prejuicios y estigmas que todavía se mantienen respecto a las personas con síndrome de Down, los logros que se están consiguiendo en diversos ámbitos carecen de utilidad y pierden todo su sentido. Una sociedad que aspire a ser inclusiva nunca conseguirá la integración plena si esto no lleva emparejado un cambio global en la percepción que tiene la sociedad acerca de la discapacidad. Esto implica la aceptación de la nuestra realidad, de nuestra humanidad. 
Como he dicho anteriormente, es un tema que me toca muy de cerca y que me produce un especial interés, por lo que deseo plenamente que estas personas sean consideradas como lo que son, PERSONAS, y que dejemos atrás todas nuestras visiones distorsionadas acerca de este problema o de cualquier otro. Basta ya de prejuicios, basta ya de barreras. Como bien dice mi título, limita más un prejuicio que un cromosoma. 
Hasta aquí mi entrada semanal chicos, espero que os guste y que estéis de acuerdo conmigo en lo que os he contado o que, al menos, os haga pensar un poco acerca de la situación que atravesamos. 
Un saludo 😘😘😘😘


Comentarios

  1. ¡Buenas María! Me ha encantado el vídeo, me ha transmitido mucha ternura y me ha hecho sonreír al verlo. En mi opinión has conseguido perfectamente lo que querías transmitir en todos los aspectos, tanto en la forma de expresar el caso, como tu opinión, como los ejemplos... Enhorabuena!!!!

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    1. Hola Irene, gracias por tu comentario y tus palabras. Es un tema que, como bien sabes, me toca mucho. Un saludo guapa :)

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